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Debe iniciarse con el objetivo de la Evaluación dentro del proceso Enseñanza-Aprendizaje, que es retroalimentar, que significa el hecho de tomar datos para mejorar la calidad del mismo, y por tanto el rendimiento académico estudiantil, entrando en juego la medición que se emplee para ello, para una justa y válida Evaluación.
Tomando el siguiente concepto: “La Evaluación puede entenderse como un proceso dinámico, continuo y sistemático, enfocado hacia los cambios de las conductas y rendimientos, por medio del cual verificamos los logros adquiridos en función de los objetivos inicialmente establecidos.” (Ramírez, 2018); orienta en uno de los principios que el Docente debe tener en cuenta en su accionar: No evaluar por evaluar.
El mismo autor Ricardo Ramírez, considera el ¿qué evaluar?, partiendo de la identificación de la relación estudiante-docente y sus efectos, debiendo reconocerse características, comportamientos, actitudes, realidades de contexto y de vida, … , para de allí establecer la estrategia pedagógica a emplearse, la misma que determina los objetivos, métodos, técnicas y material a utilizarse en el proceso educativo.
Así, la Evaluación induce a establecerse un juicio de valor, para tomar decisiones en el propio proceso, de modo que se permita confrontar lo alcanzado con lo anhelado a nivel de resultados de aprendizaje.
Un referente mundial educativo lo constituye el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), que se conforma con la Declaración de Bolonia en 1998, con la intención de crear “… un sistema educativo europeo de calidad …” (López, 2009, pág. 20). El mismo autor destaca el trabajo de análisis y concreción para establecerse las competencias transversales y específica a nivel de grado.
En este espacio se establece la terminología a aplicarse: Competencias y sus clases, Directrices Generales de Título, sus Objetivos Generales, Contenidos Formativos Comunes y Capacidades; tratándose luego cada asignatura con Objetivos y Contenidos de la misma, y Criterios de Evaluación, pasando luego a los Niveles de Concreción como organización jerárquica de proceso. (López, 2009, pág. 21)
En este escenario, se habla de dos términos: evaluación formativa y compartida. La autora Carolina Hamodi en su Tesis Doctoral “LA EVALUACIÓN FORMATIVA Y COMPARTIDA: UN ESTUDO DE CASO”, contribuye con la terminología mencionada con lo siguiente:
Evaluación Formativa: Las ideas al respecto dependen del marco teórico de referencia, de lo que se toma “Álvarez (2003, p. 116) define la evaluación formativa como aquella “puesta al servicio de quien aprende, aquella que ayuda a crecer y a desarrollarse intelectual, afectiva, moral y socialmente al sujeto”, (Hamodi, 2014, pág. 17); la autora considera otros conceptos con sus respectivos autores, destacando que “…Un elemento característico sin el cual no sería formativa es la retroalimentación, que consiste en ofrecer comentarios al alumnado sobre lo que ha hecho y sugerencias sobre lo que podría mejorar en el siguiente elemento del trabajo. Es decir, no sirve solamente con la “postinformación”, sino que la “preinformación” es crucial en ese proceso de aprendizaje del alumnado mediante la evaluación formativa.”. (Hamodi, 2014, pág. 18)
En el camino de esta concepción, Víctor López comparte lo siguiente: “El término de Evaluación para el Aprendizaje hace referencia a que la evaluación educativa está claramente orientada a mejorar el aprendizaje del alumnado, en vez de estarlo al mero control de éste y su calificación.”. (López, 2009, pág. 33)
Evaluación Compartida: Tal como Hamodi orienta, es concebir la Evaluación como un proceso compartido, permitiéndose así el desarrollo de capacidades, pensamiento crítico, autonomía, autoresponsabilidad, reflexión del proceso de aprendizaje y tomándose conciencia de la calidad del trabajo en desarrollo, por parte de los involucrados.
“En este contexto, la esencia de la evaluación compartida la conforman: la autoevaluación, la evaluación entre pares y la evaluación compartida.”. (Hamodi, 2014, pág. 19)
Las Estrategias Metodológicas y el Aprendizaje Activo se enftizan hoy, lo que significa un modelo de aprendizaje donde el centro es el Estudiante, donde su rol como del Docente son primordiales, debiendo existir coherencia entre resultados de aprendizaje, evaluación y Metodologías, constituyendo esto un circulo virtuoso para el Docente. (Coordinación de Desarrollo Docente e Innovación , 2018)
La Estrategia Metodológica al guardar coherencia con el método de evaluación, establece un sentido para la obtención de resultados. Así, al integrarse las TIC como recursos, deben ser vistas como información, colaboración y aprendizaje. (Coordinación de Desarrollo Docente e Innovación , 2018, pág. 35), lo que obviamente se relaciona con su Integración Curricular que va desde las Teorías de Aprendizajes hasta las Estrategias Metodológicas a aplicarse, pudiendo relacionarse así con la Evaluación..
Finalmente, puede decirse con certeza que nada está prescrito al respecto, la realidad está en que se demanda continua Investigación Educativa en Evaluación, que la voracidad digital desborda todo enmarcaje educativo, que se altera el estilo de pensamiento como de aprendizaje en los Estudiantes, por lo que se requiere de una Docencia pro activa en Investigación Científica y en Quehacer Educativo, para tratar de estar a un ritmo global, del cual todo aprendiz ya forma parte.
Bibliografía
Coordinación de Desarrollo Docente e Innovación , M. (2018). MANUAL DE ORIENTACIONES: Estrategias Metodológicas de Enseñanza y Evaluación de Resultados de Aprendizaje .
EcuRed. (17 de Marzo de 2014). Enseñanza. Recuperado el 12 de Noviembre de 2019, de EcuRed: https://www.ecured.cu/Enseñanza
El docente asombroso | Adriana Araque Bermúdez | TEDxUCundinamarca (2017). [Película].
Fundación Chile. (s.f.). Educar Chile. Recuperado el 12 de Noviembre de 2019, de ¿POR QUÉ EL SIGLO XXI EXIGE CAMBIAR LA EDUCACIÓN?: https://www.educarchile.cl/por-que-el-siglo-xxi-exige-cambiar-la-educacion
Hamodi, C. (2014). Recuperado el 4 de Diciembre de 2019, de Universidad de Valladolid: http://uvadoc.uva.es/bitstream/handle/10324/5668/TESIS562-140728.pdf?sequence=1&isAllowed=y
López, V. (2009). Evaluación formativa y compartida en Educación Superior. Propuestas, técnicas, instrumentos y experiencias. Madrid: Narcea.
Moreno, T. (2016). Evaluación del aprendizaje y para el aprendizaje.
Ramírez, R. (28 de Octubre de 2018). Una evaluación para el proceso de aprendizaje. Iberoamérica divulga.